Desde 1975, cuando González Alvear se levantó en armas contra Rodríguez Lara en un intento cruento por derrocarlo, no se había visto un despliegue militar tan imponente en Quito. Esta ciudad milenaria, que pese a todo —y aunque a las élites les incomode— es indígena, Quitu-Cara, ha mantenido siempre su sentido de identidad y dignidad. Quito no es una urbe que oculte su pasado político ni su espíritu libertario: fue la cuna del Primer Grito de Independencia de América y, por ello, se la reconoce con orgullo como la “Luz de América”.
Más allá del horizonte histórico, se impone la retórica mediática de un gobierno de corte autoritario que busca imponer su visión de sociedad, una visión que representa la pesadilla y la miseria de millones de ecuatorianos. Para conocimiento del señor de apellido del Reich, esto recién comienza: el campo de concentración en que ha convertido la otrora ciudad franciscana revisa hoy su historia, su pasado de gloria y de victoria. Que no cante victoria aún, porque lo que reina es solo una calma chica.
Nunca, jamás, Quito ha sucumbido ante el nefasto poder omnímodo. Los españoles fueron derrotados en Pichincha, y Rumiñahui incendió la ciudad para no ver mancillada su grandeza. Hoy, a 533 años de resistencia, los runas no nos doblegamos ni aceptamos sometimiento alguno. No más latifundio, no más ser el patio trasero de nadie.
Un segundo comienzo [Reportaje]
Ahora, en este momento en que quienes detentan el poder humillan al pueblo, comprendemos que siempre existió una enorme cantidad de armas, bombas y vehículos de combate, pero destinadas a la represión. Esa fuerza y capacidad táctica deberían emplearse contra las mafias y los delincuentes, pero no es así. La presencia de los GDO solo sirve para justificar y consolidar sus planes de acaparamiento de lo poco que queda del empobrecido Ecuador.
El burgomaestre de la capital solicita diálogo entre las partes en conflicto; ¿qué diálogo puede existir en una ciudad sitiada y oprimida por las botas, tal como ocurrió en las dictaduras de América Latina? ¿No resulta, aunque sea en algo, similar al Chile de 1973? Me siento ya aprendiz de brujo por decirlo, pero no podemos llamar a la paz a quien se precia de la violencia. En resumen, estamos como al principio, es decir, 1 a 0 —ustedes cero en política y visión de país; nosotros, uno en la reconstrucción del tejido social. Por si no se han dado cuenta, los indecisos se están sumando. Nosotros ofrecemos otra alternativa: un cartón que traiga medicinas, libros, papas, choclos, habas y calamares de San Pablo, y, sobre todo, un gran —gran— amor por ser nación y no colonia.
"A los excelsos defensores a ultranza de las políticas del Fondo Monetario Internacional y las transnacionales, a ellos no les importan ustedes, ellos solo poseen intereses".
La anhelada concordia del país se alcanzará cuando el último sea el primero en ser atendido: con educación, salud, trabajo, justicia y equidad, sin importar el color de la piel, tal como entonan sus voces angelicales en la iglesia después de haber esquilmado y reprendido con garrote al pueblo.
Atentamente, Edison Romero.
DESTINOS
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El Reencuentro Pangüense...Un documental para retratar la cultura...
Un documental que busca proteger el medio ambiente y particularm, ente el Chocó...
Un documental para retratar la cultura y el entorno natural ideal para vivir...