Home / Archive / Crónicas

CRÓNICA

  • 1100
  • 1100

Entre la luz y las sombras: Viviendo con glaucoma

Crónica Personal

image
Por: Vanessa Naztar
  • Redacción

La vida a veces golpea sin previo aviso, tenía apenas diecinueve años cuando el diagnóstico de glaucoma avanzado en ambos ojos me cayó encima, recuerdo la confusión inicial que me heló el cuerpo, a esa edad, uno solo piensa en el futuro: estudiar, salir, enamorarse, construir sueños… jamás te imaginas que una enfermedad así puede desmoronar todo lo que creías tener bajo control.

"Tus nervios ópticos están muy dañados", me dijo el doctor, directo, sin rodeos las gotas ya no bastaban, la presión ocular estaba descontrolada la única salida era una cirugía para colocarme unas pequeñas válvulas en ambos ojos. Hoy son parte de mí, estructuras invisibles, pero su presencia la siento cada día, me exigen una vigilancia constante, un cuidado extremo, no puedo hacer grandes esfuerzos, debo evitar golpes, caídas incluso algo tan simple como frotarme los ojos podría ser un riesgo.

CUANDO LA VISIÓN SE APAGA, LA VIDA TE OBLIGA A MIRAR DESDE EL ALMA.

  • Glaucoma
  • Resiliencia
  • Esperanza

Desde ese momento, mi mundo dio un giro brutal, dejé el colegio, no por gusto, sino porque simplemente no podía seguir el ritmo. Repetí el año y eso me dolió en lo más profundo, era duro ver cómo mis compañeros avanzaban, se graduaban, seguían sus caminos, mientras yo tenía que empezar de nuevo, me sentía fuera de lugar como si el tiempo se hubiera detenido solo para mí, pero no me rendí con esfuerzo, entre incertidumbre y lágrimas me gradué, lo logré.

Vannessa Naztar

“Ahora, estoy a punto de culminar mi carrera universitaria en línea, en mi penúltimo semestre y ya haciendo mis prácticas pre profesionales, a veces me detengo a pensar en todo lo que he recorrido y me sorprende darme cuenta de que a pesar de todo sigo de pie”.

Pero el camino no ha sido fácil existen días en los que las inseguridades me abruman me cuesta salir sola, me invade el temor de tropezar, de perderme, de caer. Más de una vez he pensado en necesitar una guía, un apoyo constante que me dé seguridad, pero mi doctora ha sido clara: "Aún no lo necesitas debes aprender a valerte con lo que tienes, con lo que aún conservas". Y aunque a veces duela, intento ser fuerte.

Las terapias visuales me han brindado un respiro, ayudándome a ganar seguridad, a reconocer mejor los espacios, a moverme con más confianza. Aun así, hay recaídas, momentos en los que me siento débil, en los que desearía que todo fuera solo una pesadilla, en los que me pregunto: "¿Por qué a mí?". Entonces respiro hondo y recuerdo todo lo que ya superé… y sigo adelante.

El glaucoma no solo me arrebató parte de la visión, también me quitó ciertas libertades me obligó a adaptarme, a vivir de otra forma. Me hizo más cuidadosa, más reflexiva, camino con más atención, valoro detalles que antes pasaban desapercibidos y aprecio profundamente lo que mis ojos aún me permiten ver, no es fácil, pero en medio de todo, he aprendido a ver distinto.

Me he dado cuenta que la gente no comprende lo que significa vivir con una enfermedad invisible, una que te condiciona por dentro, no quiero dar lástima, tampoco busco excusas, solo deseo que se entienda que hay batallas silenciosas, que hay personas que como yo, libran guerras diarias contra su propio cuerpo, su mente, sus temores.

Pie de Foto: Representación visual de un implante de válvula para glaucoma. Foto: Vanessa Naztar.

Por eso plasmo mi experiencia, porque sé que no soy la única. Miles de personas allá afuera están viviendo con enfermedades catastróficas, luchando cada día sin rendirse. Y también muchas otras que tal vez nunca han sentido una dolencia así, pero que podrían aprender algo si deciden mirar con más empatía.

"Yo sigo viviendo con glaucoma, en ocasiones con angustia, otras con esperanza”.

Vanessa Naztar
  • Periodista

Sin embargo, hay días en los que me duele el alma y otros en los que simplemente agradezco poder ver la luz del sol, camino lento, con precaución pero camino, he aprendido a resistir y sobre todo, he aprendido que no hace falta ver todo con claridad cuando el alma aún sigue teniendo ganas de andar.

Pie de foto: Caminar con precaución, caminar lento pero seguir / Foto: Vanessa Naztar.

News Letter

Su dirección de correo electrónico no se publicará así. Los campos obligatorios son Noticias de hoy.

Actualidad

https://www.youtube.com/embed/rks0c-eHf_Y

Las pistas Mayas

¿El calendario maya nos dejó pistas sobre la partícula de dios?

Malqui Machay: la última morada de Atahualpa

¿Dónde está la tumba de Atahualpa?

Nuestras querencias

Desde las entrañas de los pueblos

Sobre el techo de las viejas casas andinas de nuestros pueblo de la provincia, que conservan el alma de un ayer rico en tradiciones…

Máscaras: origen y vigencia

En toda fiesta popular encontramos un denominador común llamado “máscara”, cuyo elemento infaltable es…

Entre el amor y la indiferencia por el terruño

Para llegar a lo que somos, primero tuvimos que definir un espacio geográfico…

ültimos comentarios

Un cuidado de la salud es importante.

Una problemática de salud en Ecuador.

Que viva Ecuador!!!

¡A prevenor nuestra saludos! Fuerza pueblo.

Leer más